martes, 20 de enero de 2015

BRUNELLESCHI. LAS BASÍLICAS DE SAN LORENZO Y SANTO ESPÍRITU


Santo Espíritu

Hace un tiempo analizábamos el principal edificio de planta centralizada del autor, la Capilla Pazzi.
Hoy nos ocuparemos de sus dos basílicas longitudinales, también en Florencia: San Lorenzo y el Santo Espíritu.

Santo Espíritu. Crucero

En ellas podemos encontrar las mismas ideas que se desarrollan en la capilla Pazzi (uso de la bicromía, del módulo a través del intercolumnio, de la luz blanca, racional, del uso de las formas geométricas perfectas como una forma de hablar de lo divino uniendo el cristianismo con el neoplatonismo...), y os recomendamos que entréis en el enlace para recordarlas.

San Lorenzo

Junto a ellas aparecen otras, tan típicas del autor.
San Lorenzo

Por ejemplo, la construcción de toda la basílica se basa en la unión de cuerpos geométricos básicos, en concreto el cubo, cuyo lado se genera por medio del intercolumnio (y que, para que nada se olvide, el autor remarca en el suelo por medio de losetas que nos recuerdan las formas geométricas a las que está sometida toda la construcción)

Santo Espíritu

Se crea así la típica armonía matemática renacentista a la vez que se investiga en una de las grandes preocupaciones del autor (que será la base de las obras de Donatello y Masaccio), la perspectiva lineal guiada por líneas que convergen en un punto de fuga.

Santo Espíritu

Íntimamente relacionado con ello se encuentra la novedad del dado brunelleschiano: un trozo de entablamento que se coloca sobre el capitel.

San Lorenzo

Esto, que podría parecer una simple frivolidad, es algo verdaderamente necesario, pues gracias a él, el espacio que va desde la columna hasta el techo vuelve a repetir el mismo módulo que hasta el suelo, respetando escrupulosamente, una vez más, la idea de la armonía.

San Lorenzo

En cuanto a las cubiertas Brunelleschi juega con la tecumbre plana en la nave central (recordando las basílicas paleocristianas) o las vaídas típicas en las laterales. En el crucero vuelve a aparecer la cúpula de media naranja sobre pechinas
Santo Espíritu
Bóveda vaída. Santo Espíritu
Sucesión de bóvedas vaídas. San Lorenzo

Todo esto tiene un claro anclaje en el mundo clásico, aunque curiosamente no en la gran Roma imperial, sino en uno de sus productos epigonales: la basílica paleocristiana.

Santa Sabina. Paleocristiano

Si os fijáis en la foto de Santa Sabina veréis cuanta deuda tiene el arquitecto con estas obras: el uso de la columna y el arco como separador de naves y generador de una visión en profundidad hacia el ábside, la iluminación utilizando la diferencias de alturas, la diferencia lumínica entre naves laterales y central, el techo plano de casetones de la central...





















2 comentarios:

  1. Fantástico artículo, enfocado desde un punto de vista estético. ¡Enhorabuena!

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  2. Buenas tardes, Vicente.

    Ante todo, quería decirte que tu post está muy bien.

    Quería aprovechar para preguntarte si conocías algún autor de referencia que hable del dado brunelleschiano como tal.

    Mil gracias y que tengas una buena tarde.

    ResponderEliminar

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