domingo, 30 de noviembre de 2014

LAS BERNARDAS DE ALCALÁ DE HENARES. FANTASÍA Y PODER


Hoy os querría invitar a visitar uno de los monumentos menos conocidos de nuestra comunidad. 
Seguramente, muchos de los que hayan visitado Alcalá de Henares siquiera lo habrán visto, pues durante muchos años se encontró en restauración y ahora las visitas son muy escasas (dos diarias) para una visita rápida a la ciudad.
Se encuentra junto al Museo Arqueológico, y se trata de una construcción del XVII realizada por el arquitecto mayor del Reino, Gómez de Mora (el autor de la Plaza Mayor de Madrid).
Pero aún es más interesante aún su mecenas, el obispo Bernardo de Sandoval y Rojas, tío del famoso Duque de Lerma, valido de Felipe III, Primado de España e Inquisidor General que eligió este convento como su verdadera sede de poder.
Las sorpresas comienzan pronto. Si vemos la iglesia desde fuera nos recuerda al modelo del Gesú, con tres naves (una para cada puerta), un balcón superior (el lugar del obispo, que al exterior se nos presenta bajo la imagen de San Bernardo, buena obra de Pereira) y frontón y volutas superiores.























Sin embargo pronto descubriremos la trampa barroca (siempre jugando con las apariencias) y al entrar nos encontraremos con esto.























Si os fijáis en la planta se trata de un gran óvalo con capillas altenadas, unas ovaladas y otras cuadradas que luego descubriremos para qué se usaban

Esta planta no es nada común en el primer barroco español, y se tiende a pensar que Gómez de Mora se inspiró en algunas ideas de un manierista romano, Vignola, como podéis ver en el plano de Santa Anna 

Su idea se copiaría después en algunas obras del barroco más maduro como San Antonio de los Portugueses en Madrid o la iglesia de la Virgen de los Desamparados en Valencia.
Si os fijáis en el plano veréis cómo se sostiene la iglesia, en grandes machones (en negro) sobre los que superponen dobles pilastras a la manera miguelangelesca, creando balconadas sobre las capillas.























Cubriéndolo todo una gran cúpula ovalada (de la que se tuvo sus dudas si se caería o no) que en origen estaba pintada de azul, con un gran óculo en su centro.

En el ábside hay dos cosas que os pueden llamar la atención. Al fondo del todo no hay pared sino una reja, la que separa la iglesia del coro de las monjas que cantaban en las celebraciones (recordad que el conjunto era un gran monasterio).

Delante de ella, en vez del tradicional retablo hay  un tabernáculo en madera dorada con pan de oro del Padre Bautista (el arquitecto de San Isidro en Madrid) del que nos ocuparemos con más profundidad en otra ocasión.

Si os fijáis la iglesia parece un gran teatro, ovalada y con sus propios palcos. Y es que en realidad lo era. Fijaros en donde se encontraba el público.
1 (izquierda) Arzobispo
2.- Nobles (capillas superiores)
3.- Altar (Clero)
4.- Pueblo llano

Realmente, su propia situación era una perfecta imagen de la sociedad estamental.
Pero si os fijáis un poco más veréis en donde se encontraba el espectáculo
En el altar, por supuesto, pero también en el balcón que ocupaba el obispo. Un espacio que casi todos verían vacío (pues el obispo estaba sentado más atrás y sólo se vería el hueco), lo cual era una forma de representar el poder típica de los Austrias llamada el rey oculto, el que no se ve pero todo el mundo sabe que está (casi como si fuera Dios), como ya hiciera Felipe II en el Escorial.
Sólo algunos balcones verían al obispo, en los que estaban la nobleza, especialmente los dos pegados al altar, que eran los más caros aunque curiosamente no pudieran ver la misa (el poder se refleja así en la visión, el que ve a los demás y es visto, el que no puede ver nada y es visto por todos, el que ve a todos y todo, como el obispo).























Esta sería la visión que tendría el arzobispo, la mejor, por supuesto.























Pero la iglesia aún tenía sus propios efectos especiales. Junto al incienso o los cantos de las monjas, en el día del Corpus un rayo de luz entraba por este ventanal (ahora tapado) para estrellarse contra el oro del tabernáculo mientras el sacerdote consagraba y, desde el óculo, llovían pétalos de rosas tirados por otras monjas, aunque esto lo comprenderíais mucho mejor si os leyérais este pequeño cuento sobre una misa barroca en las Bernardas.
























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sábado, 29 de noviembre de 2014

EL EXPOLIO DE LAS PINTURAS DE SAN BAUDELIO DE BERLANGA. UN EXCELENTE ENSAYO


Esta joya de nuestro prerrománico y románico de la que ya hemos hablado aquí su arquitectura y aquí sus pinturas, se ha convertido en un verdadero icono de lo que significa el expolio cultural, con sus pinturas arrancadas y exhibidas por medio mundo.
En este breve ensayo, Elías Terés nos narra el complejo (y verdaderamente novelesco) proceso que se produjo entre su compra a unos vecinos de Casillas y su salida definitiva al exterior.

                                                  
  Como si se tratara de una trama policiaca, la historia (verídica) será protagonizada por guardias civiles, jueces (incluso del supremo), la diócesis de Sigüenza, las Academias de Bellas Artes, abogados, técnicos en el arranque de las pinturas... Una historia de juicios, dictámenes, leyes mal redactadas, robo y accidentes metereológicos.

El expolio tuvo, sin embargo, un punto positivo que también analiza el libro: el cambio de la legislación para la Defensa del Patrimonio, los verdaderos cimientos en los que se apoyan las leyes actuales y que han impedido nuevos incidentes

viernes, 28 de noviembre de 2014

SAN JUAN DE BAÑOS. ARQUITECTURA VISIGODA



Se conoce la existencia (desde tiempos prerromanos) de una fuente de aguas medicinales.



Sobre este manantial, el rey Rescesvinto (curado de una litiasis renal por dichas aguas), consagra una iglesia aúlica.



Inscripción conmemorativa del rey Recesvinto.



Como todas las basílicas aúlicas visigodas se adornarían con coronas votivas

En un primer momento la planta (la puedes ver aquí,) se compone de un nártex, una zona basilical de tres naves y una triple cabecera con un presbiterio cuadrado central y dos salas a sus lados (¿Protesis y diaconicon a la manera de las basílicas paleocristianas?). Posteriormente en el gótico cambiaron estas capillas, uniéndolas al ábside. (En origen la cabecera sería semejante a la de Santa Lucía del Trampal)

Su alzado se realiza por medio de un aparejo de sillería a soga y tizón sin argamasa, con escasísimos vanos, realizados en arco de herradura abierto. 

Su acumulación de volúmenes escalonados es típica de la época y será básica para la futura arquitectura prerrománica y románica.

En el interior destacan sus columnas reutilizadas de capitel propio (un corintio sumamente esquematizado) y cimacio (herencia bizantina).





La decoración la encontramos en frisos de motivos geométricos y bellísimas celosías.


Cruz patada
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jueves, 27 de noviembre de 2014

LA ALJAFERÍA (5) EL ORATORIO


En el extremo oriental del pórtico de entrada al Salón Dorado, se encuentra un pequeño oratorio de uso privado
Una vez más, en él se encuentra las ideas de la Mezquita de Córdoba (arco de herradura con dovelas decoradas con yeserías, bóveda gallonada para el interior del mirab, posible bóveda califal superior -la actual es sólo una hipótesis pues la original desapareció en las reformas mudéjares del palacio)

Tras su portada (que replica las portadas exteriores de la mezquita de Córdoba) encontramos un pequeño espacio centralizado con el mirab desplazado del centro (para tomar la dirección a la Meca). 

Sus paredes tienen una profusa decoración entre la que destacan (por su novedad) los arcos mixtilíneos que desbordan cualquier forma estructural para convertirse en lacerías libres.



Separado por una larga inscripción, el segundo piso se organiza por medio de arcos lobulados tras los cuales aparecerían celosías (ahora sólo dos de ellas se encuentran abiertas)

L ALJAFERÍA (2). EL PATIO COMO EJE CONSTRUCTOR


Como ya decíamos, el patio longitudinal se encuentra ocupado por una alberca y su jardín circundante.
La zona, restaurada en varias ocasiones, se componía por una doble utilización de agua que ya existiera en Medina Zahara y que se repetirá en construcciones almohades, madarnisíes y nazaríes

Como explica Almagro Vidal: dos albercas (...), la norte, ahora desaparecida pero que podéis ver en la parte alta del plano, estática (desde los estanques que rodeaban el Salón Dorado de Medina Zahara y que luego será utilizado en la Alhambra, Patio de Comares) Un espejo en cuya extensión sería posible percibir el espacio paralelo invertido desde Salón Rico
El otro, juego de agua y canales, sonido (desde patio alberquilla de Medina Zahara y que desembocará en el Patio de los Leones de la Alhambra)

(Ambas funciones del agua en lo islámico ya lo explicamos aquí)

En torno a ellos se ha intentado recuperar algo del esplendor de la flora que tuvo, como los propios naranjos que Al Mamum regalara a al Muqtaquir.



La arquitectura del patio abundaría en su eje longitudinal, abriendo habitaciones (ya desaparecidas) en los lados largos, mientras que las zonas sur y norte se crearían los espectaculares pórticos de los que hablaremos en el próximo artículo



miércoles, 26 de noviembre de 2014

SAN PEDRO DE LA NAVE


Quizás sea el mejor ejemplo de arquitectura visigoda, sumamente compleja y aún no explicada convenientemente.




























Su planta juega con los modelos centralizados (planta de cruz griega como la de Melque o Santa Comba de Bande) a la que se añaden tres naves (marcando un claro eje longitudinal (como ocurría en San Juan de Baños o Quintanilla de las Viñas). Una triple nave que, en la cabecera, se convierte en habitaciones semicerradas (pero comunicadas visualmente) con el altar, que se han interpretado tanto como prótesis y diaconicon de tradición paleocristiana como ergastulae (pequeñas celdas monásticas), como las que aparecían ya en Quintanilla y que nos podrían hablar de un monasterio nunca documentado por las fuentes.



Esta complejidad en planta la volvemos a encontrar en alzado, en donde la arquitectura se comporta como una agrupación de formas geométricas básicas que culminan en su crucero y que en el interior generan pequeños espacios independientes que se aproximan a la arquitectura bizantina de la Segunda Edad de Oro (una intimidad de los espacios interiores que hay que descubrir lentamente, muchos de ellos desarrollados en altura, como será habitual en la futura arquitectura mozárabe).























Las cubiertas, reconstruidas tras su traslado por la creación de una presa, son aún motivo de polémica, especialmente las del crucero (el resto son bóvedas de cañón de herradura, muchas reconstruidas).























La iglesia también posee las representaciones en relieve más interesantes del periodo, con temas derivados de lo paleocristiano como El Sacrificio de Isaac o Daniel en el Foso de los leones.























La imposibilidad de realizar fotos en su interior (verdaderamente asombrosa en toda la zona zamorana) nos impide analizarlas con mayor detalle.

Para subsanar la falta os dejamos esta magnífica presentación


martes, 25 de noviembre de 2014

ARCOS DE AL ANDALUS (4). PERIODO NAZARÍ


Son habituales los arcos peraltados (el arco de medio punto se  continúa con dos sectores rectos)
Es normal que el intradós de estos arcos se llene de festones (moldura rizada), llamándose festoneado.



Sala de las Dos Hermanas. Alhambra

Junto a ellos son habituales los arcos de cortina de origen almohade a los que se añaden mocárabes.






















MÁS ARCOS ANDALUSÍES

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LOS MOCÁRABES O MUCARNAS



Sala de las Dos Hermanas. La Alhambra

Entendemos por mocárabes pequeños prismas de varias caras (habitualmente realizados en yeso), que cuelgan de cúpulas y arcos.
Para su desarrollo se necesitan amplios conocimientos de geometría, pues su creación se encuentra en el desarrollo de parábolas y formas elípticas que pasan a tres dimensiones


Arco de mocárabes. Sala de las Dos Hermanas. La Alhambra

Como se puede apreciar en las distintas fotografías, la multiplicidad de caras y su desarrollo en formas cóncavas hace que la luz incida en ella de formas distintas a lo largo del día (de la misma manera que se proyectan las sombras) 
Se trata de una constante en el arte islámico, la que habla (como ya comentábamos en el caso del agua) de las apariencias que ocultan la Unidad, del devenir y el cambio que, sin embargo, termina por ser cíclico, repitiendo el Uno.

Su origen ha sido muy discutido. Grabar habla de una aparición simultánea en Irán y el Magrab.
Sin embargo otros autores (Yarza, Borrás, Marcais) apuestan decididamente por el mundo iraní, y hablan de una evolución de las trompas en ladrillo que comienzan a subdividirse por medio de arcos internos, tal y como se puede ver (aún embrionario) en el mausoleo de Ismail de Bujara.

Sobre este modelo los arcos se multiplican, facetando cada vez más la superficie, como podemos ver en este ejemplo de Alepo.

Hasta desarrollarse totalmente



Trompa con mocárabes. Samarcanda






















Iwan con mocárabes en Mausoleo de Tamerlán. Samarcanda